Edwin Arévalo

miércoles, 8 de octubre de 2008

Edwin Arévalo es un cineasta salvadoreño que reside en California desde octubre de 1994. Durante ese tiempo ha trabajado en diversos proyectos, ha llevado sus creaciones a diferentes países y, cada vez que el destino lo permite, ha regresado a su tierra natal.

Cinéfilo de corazón, Arévalo aprendió de forma autodidacta y ha realizado, entre otros trabajos, dos películas: La Sangre en el Cuerpo en 2005, que ganó el premio especial del jurado al mejor largometraje centroamericano en el Festival Ícaro; y Tres Caminos, un drama filmado en San Salvador, Ciudad de México, Los Ángeles e incluso una parte en París.

Tres Caminos será exhibida del 10 al 16 de octubre en Plaza Mundo, Multiplaza y Reforma. En cada función también se proyectará uno de dos cortos: Al Séptimo Día y Trastornado. Los horarios aparecerán en cartelera esos días.






















¿Cuándo te diste cuenta de que tu pasión era hacer cine?
En 1997 fue mi primer intento de hacer cine, comencé a escribir un guión de ciencia ficción sobre un desastre en un barco en alta mar, pero la historia terminó siendo un desastre total y abandoné la idea por un rato. Con el tiempo fui viendo más películas de diferentes géneros y entendí el principio básico de un guión de cine. Después comencé a leer teoría, desde “El Arte Poética” de Aristóteles a los magníficos libros de Syd Field en estructura del guión.

¿Cuál es tu principal fuente de inspiración?
Las películas que he visto me dan una base para hacer algo, pero la fuente más grande de inspiración tiene que ser el mundo en el que vivimos, la gente que me rodea, la literatura, la música. Mi primer largometraje fue inspirado por el coro de una canción vieja de Fernando Ubiergo que dice “cuando agosto era 21 la encontraron boca arriba con la mirada perdida y su viejo delantal”.

¿Hay algún tema recurrente en tus producciones?
El ser humano y sus defectos.

¿Cuáles son las dificultades más grandes que has tenido para realizar sus largometrajes?
El dinero, la gente irresponsable (aunque son muy pocos) y los problemas que siempre salen durante rodaje, no importa que tanto te preparés siempre vas a tener una sorpresa a la vuelta de la esquina.

¿De qué forma se te ha brindado apoyo en el país?
CONCULTURA me ha apoyado en cuestiones logísticas de locaciones para filmar, locales para presentaciones y el Ministerio de Relaciones Exteriores con permisos para entrar con equipo de cine al país. El Grupo Roble también nos ha prestado apoyo con el Teatro Luis Poma.

¿Ha cambiado algo el hecho de ser un director salvadoreño?
Pues que te digo es un arma de doble filo, de repente decís “soy director de cine salvadoreño” y se ríen de uno, porque no tenemos fama de ser cineastas, ni de tener buen fútbol tampoco. Por otro lado, la gente ve que no es fácil hacer cine y hacer cine en nuestro país es el doble de difícil, por eso entienden y te ofrecen apoyo. En lo personal me siento afortunado porque hasta el momento he recibido apoyo, incluso en México, Estados Unidos y Europa.

¿En qué consiste el movimiento Cine Pobre?
La base del movimiento es hacer buen cine a bajo costo, con buena preparación y algo de talento se pueden hacer cosas extraordinarias con muy poco dinero. Una de las misiones de este movimiento es enseñar a un grupo de estudiantes la teoría de como hacer un proyecto bajo estas normas y que después pongan esa teoría en práctica con un proyecto propio (usualmente cortometrajes o documentales cortos). Estos mismos pasarían a entrenar el siguiente grupo de estudiantes, hasta hacer una cadena de gente que aprende a trabajar con pocos recursos. Es un proyecto a largo plazo que requiere mucha paciencia, pasión y amor al cine.

¿Quiénes lo conforman?
El movimiento lo empezamos el cineasta mexicano Antonio Bunt y yo en el 2005 y desde entonces hemos tenido un par de estudiantes en México que ya están a punto de sacar sus primeros trabajos en los próximos meses. La membresía es gratis, así que apúntense.

¿Cuál es la situación actual del cine hecho en El Salvador?
Nuestro cine va caminando a paso lento, Sobreviviendo Guazapa logró abrir en varias salas de cine en el país y eso ya es un gran avance. Noé Valladares viene con sus 14 Abriles Locos pronto y hay gente que está saliendo de la Mónica Herrera y está haciendo cosas interesantes.

¿Qué se puede hacer para desarrollarlo?
Dice un viejo dicho que la unión hace la fuerza y ese dicho es lo que puede ayudar a que nuestro cine pase de ser un sueño a una mini industria a nivel centroamericano. No sé si será nuestra cultura pero tendemos a ser muy individualistas y eso al final será uno de los obstáculos a vencer. Ha habido ideas de agruparnos o incluso afiliarnos pero nunca pasó de conversación; el llegar a armar un grupo de profesionales y colaborar en proyectos de todos puede facilitar mucho el proceso de producción y elevar la calidad del material. El otro problema al que nos enfrentamos es la piratería, es mentira que una producción de buena calidad pueda recuperar el costo de producción en salas de cine locales. El gobierno puede dar su granito de arena también, creando un estímulo para las compañías que apoyan al cineasta local, creando foros de discusión con expertos de cine, etc.

¿Cómo surge la idea de hacer un documental sobre Alejandro Cotto?
Desde hace tiempo quería conocer a Don Alejandro y tuve la dicha de conocerlo el año pasado y es una persona maravillosa. Mi trabajo en cine es bastante cercano al documental técnicamente hablando y aquí tenía la historia y trayectoria de un hombre como Alejandro Cotto y es una historia que se debe contar. Me dí cuenta de que Guillermo Escalón había hecho un documental sobre él (muy bueno por cierto) y se me ocurrió que podría tocar el lado más humano de Don Alejandro en mi documental y estamos a medio rodaje, esperamos terminar el próximo mes y estrenar para finales de noviembre.

¿Cuáles son tus proyectos a corto plazo?
Estoy trabajando en la promoción de Tres Caminos a nivel nacional y en festivales de cine internacionalmente. También estamos en pre-producción para hacer una comedia en nuestro país el próximo año que será filmada al estilo "mockumentary".

Aparte del cine ¿has realizado trabajos en otras ramas del arte?
Me encanta mucho la fotografía. El mes pasado tenía una “expo” en la Ciudad de México que tuvo que ser postergada hasta finales de este año por conflicto de fechas. También me estoy aventurando en el campo de la literatura, para mediados de año espero tener listo el primer borrador de mi primera novela titulada “Henri y Edith”.


¿Qué consejos podrías darle a quienes desean hacer cine pero no saben por dónde empezar?
Primero, que vean todo tipo de película que encuentren, buena o mala, siempre se puede aprender algo de los errores de alguien más; segundo, que lean guiones de cine, es la manera más fácil de entender el formato y estructura de un guión; y tercero, si quieren hacer cine, ¡háganlo! No importa que sea con una cámara digital prestada, así se va perdiendo el miedo y se aprende mucho de los errores en cada proyecto, por pequeño que éste sea.

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